viernes, 21 de septiembre de 2018

El Tour de la infamia: Semana 1. T-Mobile y Robbie McEwen dominan, Landis aparece.

Tras ver los antecedentes, el Tour de Francia 2006 tenía visos de transformarse en un festival de lo grotesco. Pero a pesar de las polémicas iniciales, las marchas de equipos y los ciclistas expulsados en el último segundo, el inicio de la carrera en Estrasburgo mostró que las carreteras seguían llenas y que la gente parecía ilusionada en el primer Tour sin dominador claro desde 1997. Se suponía (y así lo vendían) que era un nuevo inicio para el ciclismo. Lástima que no estuviese ni cerca de parecerlo como aprenderíamos semanas después.
Julian Dean en el maillot de Credit Agricole

El primer día la carrera gala optó por un inicio tradicional con un prologo por la ciudad francesa de Estrasburgo de siete kilómetros, nada muy espectacular, nada para generar diferencias. Pero se empezó a ver quienes eran los líderes de la carrera. Mientras que el sprinter noruego Thor Hushovd se llevaba la etapa y el maillot amarillo, George Hincapie acababa con el mismo tiempo que el noruego y siendo el primero entre los "favoritos", sacando 4´a Alejandro Valverde, 9´a Floyd Landis, 13´a Cadel Evans y Christophe Moreau, 17´a Andreas Kloden, 21´a Levi Leipheimer, 26´a Denis Menchov y Carlos Sastre y 41´a Damiano Cunego. 

Thor Hushovd con el maillot amarillo junto a Tom Boonen y su maillot arcoiris. 

La primera etapa en línea fue lo más clásico que existe en el mundo de las carreras de tres semanas. Estrasburgo-Estrasburgo de 183 kilómetros totalmente llanos. 7 escapados por delante, el pelotón los cazó sin problema y el sprinter francés Jimmy Casper logró su primera (y única) victoria en el Tour de Francia. El único cambio en la general fue George Hincapie, quien se pusó líder debido a que logró una bonficiación en el último sprint intermedio.
Jimmy Casper, el último sprinter francés ganador en el Tour

El día 3 de Julio se dió la segunda etapa más larga de todo el Tour: 228,5 kilómetros entre Obernai y Luxemburgo. Un terreno prácticamente llano y una fuga de solo dos corredores dio lugar a una etapa tranquila y sin apuros para los hombres de la general hasta una caída a dos kilómetros de meta pero sin consecuencias para la clasficación. La etapa se la llevó Robbie McEwen y Thor Hushovd recuperó el maillot amarillo.

McEwen tranquilo antes de empezar a conquistar el Tour

La etapa entre Luxemburgo y Valkenburg (216,5 km) sería decisiva para el Tour pero eso era algo que nadie podía preveer. Con un final perfecto para Alejandro Valverde, se esperaba que el ciclista español optase a la victoria de etapa e incluso a poder vestirse de amarillo. No obstante, una caída a veinte kilómetros de meta provocó la rotura de la clavícula derecha y su retirada. Las declaraciones de Oscar Pereiro "Se nos han roto todas las ilusiones" serían el epílogo de una de las historias del Tour. Pero el Tour siguió y Matthias Kessler ganó la etapa con un ataque salvaje en el Cauberg. Tom Boonen tomaba el mando de la general y Cunego se dejaba 17 segundos más.

Kessler con la cara de Pitbull que le caracterizaba. Como miembro del Astana daría positivo al año siguiente.

La etapa entre Huy y San Quintin (207 km) no tuvo casi historia. Fuga de seis cazada a dos kilometros de meta y sprint masivo para Robbie McEwen con sanción incluida a Thor Hushovd (cuarto en la etapa) por irregularidades en el sprint. Tom Boonen mantuvo el maillot sin mayor apuro, no parecía que hubiese nada reseñable salvo los paisajes de la zona norte de Francia. Mismo planteamiento en la etapa entre Beauvais y Caen (225 km) solo que con victoria sorpresiva para Oscar Freire.

Thor Hushovd protesta mientras McEwen celebra la segunda victoria de la carrera.
Nada por aquí, nada por allá. Y Freire salió del vigésimo puesto para ganar un sprint sin lanzadores.

La etapa seis entre Liseux y Vitre (189 km) transcurría por un recorrido similar, pero la falta de fugas consentidas provocó que se volase en el pelotón. Aunque se volvió a llegar al sprint con victoria una vez más para Robbie McEwen, este ritmo provocaría que la siguiente etapa, la contrarreloj individual larga del Tour, tomase tintes de épica y de guerra total.

Steegmans celebra mientras que McEwen domina facilmente a Boonen y Eisel

Y la contrarreloj entre Saint Gregoire y Rennes de 52 kilómetros nos demostró que el nuevo US Postal era el T-Mobile con una verdadera salvajada. Serhei Honchar ganó con un minuto de diferencia la contrarreloj frente a Floyd Landis y entre los ocho primeros de la etapa estaban del equipo alemán: el propio Honchar, Michael Rodgers, Patrick Sinkewitz y Andreas Kloden. Recordemos que les faltaba Jan Ullrich y Oscar Sevilla en el equipo, el destrozo podía haber sido aún mayor. 

Honchar, sin ser hijo de Rudicio pero si su compañero, demostrando la superioridad alemana contra el crono.

Aún así la general ya había quedado definida y al fin los favoritos se habían distanciado unos de otros. Aunque Honchar fuese líder con 1´´de ventaja sobre Landis, lo importante era cuanto sacaba el americano a sus rivales. 50´a Kloden, 52´a Evans, 1 minuto a Menchov, 1,07 a Moreau, 1,27 a Sastre, 1,30 a Hincapie, 1,57 a Pereiro, 2,27 a Popovich, 4,34 a Simoni y 6,06 a Cunego el cual ya había perdido por completo cualquier opción de podium solo en la primera semana.

¿Postura rara por la lesión? Da lo mismo, Landis seguía dominando a sus rivales

La última etapa antes de la jornada de descanso se esperaba que fuese al sprint: 181 kilómetros entre Saint Meen le Grand y Lorient totalmente llanos. Pero con tres victorias ya por parte de Robbie McEwen el resto de equipos de sprinters se negaron a tirar, dejando que una fuga compuesta por 6 buenos rodadores (Zabriskie, Halgand, Aerts, Calzati, Carlström y Kessler) llegase a meta. Fue Sylvain Calzati quién se llevó la etapa en solitario al romper la fuga mientras que la general se mantuvo igual.
Sin Mancebo algo tenía que hacer AG2R. Calzati salva el Tour antes del primer descanso.

Para finalizar el post cabe destacar que la primera jornada de descanso suele ser bastante irrelevante, pero no fue el caso en este Tour extraño y extravagante. En una rueda de prensa del equipo suizo, Phonak, Floyd Landis anunció que tenía una grave lesión en la cadera que provocaría que tras el Tour se operaría, siendo una posibilidad el no poder volver a correr de forma profesional. El dolor que llevaba sufriendo sería decisivo para que cualquier otro corredor no pudiese competir en el primer nivel internacional pero aprenderíamos en días posteriores que muchas cosas "imposibles" podían pasar en un Tour digno del realismo mágico.

El día que Landis confirmó que su cadera estaba destrozada. El día que arrancó la verdadera diversión.



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